Siempre en positivo.

Un buen ejercicio es pensar siempre en positivo. A lo largo del día tenemos muchas ocasiones para enfadarnos o sentirnos contrariados. Seguro que detectamos fallos, errores o actitudes negativas en los que nos rodean, familia, amigos, compañeros.

Pero seguro que si nos paramos a pensarlo son más las cosas positivas y agradables que nos ocurren a lo largo de la jornada. A menudo no las ponemos en valor, pensamos que las cosas deben salir bien, que la gente debe ser amable, cariñosa, colaboradora y nos vamos acostumbrando a detener nuestra atención sólo en lo negativo.

Esa manera de pensar nos condiciona, centra nuestra atención en aquello que nos molesta y nos genera malestar, condicionando de igual manera nuestra manera de relacionarnos con los demás.

Hacer el esfuerzo de valorar tantos y tantos sucesos y comportamientos buenos que pasan a nuestro alrededor todos los días en una buena manera de andar por la vida.

Debemos reconocer lo positivo y aprender a rebajar la carga de aquello que nos genera malestar, pensar siempre bien, darnos cuenta que la gente que nos rodea no hace las cosas mal a sabiendas, que los errores ocurren, que las malas actitudes en un momento dado las tenemos todos en función de infinidad de circunstancias… debemos hacer un esfuerzo por poner el foco de atención  en todas las cosas agradables que nos rodean y esa manera de pensar nos ayudará a sentirnos mejor.

El mundo esta lleno de buena personas con buenos deseos para los demás. Aprovechémoslo.

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